Trastornos Alimentarios

Los diferentes trastornos alimentarios (anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno de atracón, vómito psicógeno, obesidad, vigorexia, ortorexia,…) producen mucho sufrimiento en aquellas personas que los padecen. Producen cambios en el cuerpo, en el estado de ánimo, en la relación con uno mismo y con los demás.

Producen también todo un mundo de creencias negativas que van destruyendo la autoestima de la persona. Sentimientos y sensaciones de culpa, rechazo, soledad, asco, vergüenza, malestar general, ansiedad, angustia, estrés, miedo, depresión, enfado, profunda tristeza…

Los primeros síntomas de esta enfermedad pueden aparecer en la infancia, en la pubertad, en la adolescencia o a principios de la edad adulta. Es una enfermedad que necesita tratamiento, cuanto antes mejor. Con un tratamiento adecuado van desapareciendo los síntomas y la estructura detrás que mantiene esos síntomas.

Hay toda una historia detrás que lleva a la aparición de los primeros síntomas. El retraso en la intervención temprana o el no tener en cuenta esa historia previa hace que los síntomas se agudicen.

Esa intervención es necesario que sea respetuosa, sintonizando con el paciente, no un cúmulo de normas, castigos, limitaciones de que hacer o no hacer, ya que ese tipo de intervención produce efectos pequeños y no duraderos. Y además re-traumatiza, a veces, llegando a haber comportamientos crueles por parte de profesionales, apoyado de todo un lenguaje dañino tipo “es por tu bien, tú no sabes lo que es mejor para ti, si sigues así no me dejas más opción que internarte, no te estás portando bien, tú te lo has buscado, tienes que esforzarte, etc.”

Con ese tipo de intervenciones la base del trastorno alimentario sigue estando presente, quizás un poco menos manifiesta, aunque a la mínima de estrés, cambio, o ante determinadas situaciones, volverán a emerger los síntomas.

La intervención psicológica no puede estar centrada solamente en la desaparición de los síntomas.

Los trastornos de alimentación sí tienen solución.

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Este tipo de trastorno es muy frecuente en nuestra sociedad. A veces ocurre al final del día, al llegar a casa o en los huecos del día, a escondidas. En este trastorno de la alimentación se pierde el control y se ingiere incontroladamente mucha cantidad de comida en un corto espacio de tiempo (en menos de dos horas por lo general), atracones sin la conducta compensatoria de la Bulimia Nerviosa (BN) como son el abuso de laxantes, fármacos, vómito, ayuno, excesivo ejercicio físico, etc.  para evitar engordar.

Estos atracones se repiten con regularidad. Y si se realiza alguna estrategia compensatoria no será con regularidad como sí ocurre en los Trastornos de la Alimentación de la Anorexia Nerviosa y de la Bulimia Nerviosa.

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