LA RELACIÓN CON LA COMIDA.

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La alteración de la conducta en la relación con la comida es más frecuente de lo que podemos imaginar.

La comida está presente en nuestra vida desde el momento de nacer, ya sea a través del pecho o el biberón, establecemos contacto con el otro al ser alimentados. Esa relación está llena de emoción y sensaciones.

Comer no puede ser entonces una acción neutra en la vida de una persona, sino una acción llena de connotaciones.

Los comentarios y miradas que rodean a niñ@s y adolescentes pueden estar llenos de una mala relación con la comida, pueden indicar un Trastorno de Alimentación (TA):

“¿Solo te vas a comer eso? , come más, qué poco comes, cuánto comes, ¿todo eso te vas a comer?, cómetelo todo, si no te comes todo no vas a jugar, no sales, te quedarás aquí sol@, no me hagas esto otra vez, cuánto me haces sufrir, me vas a matar, me tienes amargada, no me hagas sufrir y cómetelo, con las horas que me pasé en la cocina, con lo que te quiero, si no te lo comes te quedas sin recreo aquí, me tienes harto, siempre igual, este niñ@.” Con el tono de voz elevado, gritando,….

Me decía un pre adolescente “me miran que como, la cantidad, están muy atentos”. Y estos comentarios, miradas inquisidoras, pueden hacerlos los compis o en casa, progenitores, abuelos, …

En una buena relación con la comida puedes a veces comer menos y otras un poco más, puede afecta el calor, los cambios, y no pasa nada.

La comida está en la base de nuestra existencia, nuestra relación con la comida es parte de vivir, nos acompaña desde el nacimiento a la muerte.