Las rabietas

RABIETASHay niños que se enfadan cuando no consiguen el objeto de su deseo, lloran, gritan, golpean.

¿Qué hay detrás? Sentimientos de no tolerar la frustración, se derrumban, falta de autoestima, un pobre concepto de sí mismo.

La frustración es necesaria, es un proceso por el que todos pasamos, es la decepción ante aquello que quiero, que deseo y que no puede ser, no puedo tenerlo o lograrlo. La frustración lleva a la desesperanza y de ahí es fácil pasar a la depresión.

El comportamiento de los padres de evitar la frustración del niño, de darle lo que sea para que no llore, para que no moleste; el sustituir el afecto y la presencia emocional por cosas materiales va enseñando al niño conductas con las que conseguirá lo que quiera: “el mundo, papa, mama, los abuelos responden cuando grito, cuando insulto, pego o lloro”.

¿Qué aprenden con esto los niños?

Los niños aprenden que pueden conseguir algo sin necesidad de esfuerzo, sin implicación por su parte, no tienen que hacer nada. Alguien se los dará.

  • De adolescentes y de adultos no serán seguros de sí mismos, ni autónomos con capacidad de tomar decisiones, de ir hacia lo que quieren y realizar lo necesario para conseguirlo; sino que viven con inseguridad, miedos, baja autoestima, antes los contratiempos y dificultades se bloquean; se desaniman y deprimen con facilidad; dificultad para saber que los logros son paso a paso y así se alcanzan objetivos, deseos.
  • La satisfacción que buscan será inmediata, del aquí y ahora con una constante sensación de vacío interno y de no ser suficiente. Se hacen muy vulnerables, infelices, insatisfechos e inmaduros emocionalmente.
  • No aprender a tolerar y manejar la frustración lleva al niño incluso a comportamientos dañinos hacia sí mismo (lesiones) y hacia los demás. Daño psicológico por las palabras e insultos y/o daño físico, puede llegar a lesionar al otro.

¿Y dónde comenzó esta historia? Desde luego no en la mala suerte de que “me ha tocado un hijo/a así”, “algunos tienen mucha suerte con los hijos que les ha tocado”. Esos son comentarios y pensamientos de padres infantiles, irresponsables y que siguen negando su responsabilidad en la educación, crecimiento y desarrollo de sus hijos/as, como si no tuviera nada que ver conmigo, “bastante he hecho yo que trabajo, que gano dinero, que les doy caprichos, que los saco, que los llevo a un colegio bueno,….; menos tuve yo, yo tuve que salir adelante, yo lo he conseguido, etc.”

  • Padres protectores que no permiten ni una rozadura ni un contratiempo debilitan a sus hijos.
  • Padres, madre y/o padre que vienen de familias donde había malos tratos físicos, verbales y se enseñó con mano dura.
  • Falta de coherencia en la educación, contradicciones, conductas que se castigan y otras que se dejan pasar incluso llegando a premiar y resaltar.
  • Los padres son inseguros, evitativos emocionalmente, muy ocupados. No toleran su propia inseguridad como adultos, se sientes culpables con facilidad.
  • Padres con miedo a los límites que los viven como problemas y son evitativos del conflicto; padres permisivos que no hacen nada.

¿Qué funciona?

  • Preparar a los hijos/as para la vida cambiante en la que vivimos, para la flexibilidad y los cambios.
  • Es importante que los niños aprender a tomar decisiones (escoger la ropa, zapatos…) y puedan tomar responsabilidades como recoger la mesa, ponerla, recoger la cocina una vez a la semana, diferentes actividades en el hogar, etc.
  • Enseñar el esfuerzo y lo positivo que trae.
  • Confiar en los hijos, en las capacidades que van desarrollando, que van a saber encontrar la forma. Aumenta la autoestima, mirar a los pequeños.
  • Enseñar la ilusión paso a paso, a construirla. Esto posibilita su capacidad para sorprenderse.
  • Educarles en la expresión emocional. No huir de las emociones, sentirlas. Sentirlas no es pasarlas a la acción. Las emociones no son positivas ni negativas, todas don esenciales y necesarias, son la brújula que te va guiando y te muestra que está pasando.
  • Dar ejemplo. Los niños imitan las conductas, valores, expresiones, buenos hábitos.
  • Elogia lo positivo, reforzarlo.
  • Ser coherentes, cuidado con las contradicciones y ambivalencias.
  • Crucial llevar la misma dirección y estar de acuerdos los progenitores: tema de límites, normas de convivencia.
  • Enseñar que toda acción o no acción tiene consecuencias positivas, agradables y lo contrario.
  • Responsabilizarse de los actos.
  • Sentir satisfacción por lo bien hecho aunque nadie lo vea, lo premie o valore.
  • Reconocimiento externo.
  • Hay sueños que se cumplen y otros hay que saber cuándo abandonarlos y dirigirse hacia otros nuevos.
  • Toda la energía que se ha puesto en un sueño, en un objeto de deseo, se puede encauzar hacia algo que si puedo lograr con m esfuerzo, con mi acción.
  • Un obstáculo en el camino o un no como respuesta, no es el final, sino el comienzo, la continuación.
  • Los niños y adolescentes aprende sobre sus recursos, habilidades, capacidades al enfrentarse a los errores, a lo que no puede ser. Motiva a buscar alternativas, nuevas estrategias.
  • Conseguir objetivos, lograrlo es motivo de alegría desde muy pequeños.