NO TE CALLES, CUÉNTALO.

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¡Habla, grítalo!

Los adult@s tenemos la responsabilidad de escuchar, de denunciar, de no mirar hacia otro lado. Si no sabes, si tienes miedo, pide ayuda. Pide ayuda para lo que tú has sufrido, para lo que sufre o ha sufrido un hij@, un estudiante,…. No calles, no seas cómplice.

Los menores no pueden defenderse de los depredadores sin apoyo.
Es natural sentir miedo, vergüenza, culpa, incluso creer que quizás no fue así, que no es para tanto, que pasará. Qué son cosas del abuelo, siempre fue así, no, no.

 


Qué tienes que callar, qué es mejor no decir nada porque sino mamá se pondrá fatal, o papá, o no te creerán.
¿Sabes? A veces los adultos están tan ciegos que no ven las señales que envías con tu mirada vacía y triste, no ven cómo se encoge tu cuerpo, cómo pasas mucho tiempo sol@, cómo tú juego refleja lo que vives, cómo puedes estar muy callad@ o muy nervios@, cómo lloras o te enfadas aparentemente por nada, cómo tienes escozor, picores, dificultades para dormir,… Como ya no eres la misma, el mismo.


Sí, a veces los adultos están ciegos a lo obvio. No se dan cuenta de que no quieres ir a casa de…, que no te quieres quedar con los abuelos, que no quieres ir a ver a,…. qué no quieres ir al colegio y te cambia la cara,…
Y que parece que no habrá un final….
¿Cómo nadie se da cuenta?

Recuerdos y vivencias que se quedan congelados, que el tiempo no cura, no se van, no se olvidan,….
Busca un adulto que pueda escucharte, que pare el invierno, que pare el infierno que estás viviendo.
No estás solo/a, no mientes, es verdad.

Puedes recuperar tu vida, tus sueños, tu ilusión por la vida, tu confianza en los demás.

 

“No te calles, cuento para niños a partir de 6 años de la campaña contra los abusos sexuales a menores de la Fundación Edelvives”:

Cuento animado “No te calles”