Dentro de la intervención con la Psicoterapia EMDR también hacemos hincapié en la parte psicosomática, los síntomas físicos, el lenguaje del cuerpo, la “narrativa somática”, a través de diferentes abordajes, entre ellos la Psicoterapia Sensoriomotriz®, la Caja de Arena, la Teoría Polivagal de Stephen W. Porges, las huellas del Trauma y el Trauma Transgeneracional en el cuerpo.

Así la intervención es integrativa de los diferentes niveles de procesamiento de la información, nivel cognitivo, emocional y somático para entender y desenredar el origen del síntoma, cómo se construyó y su función para el sistema interno.
La información que llega a los sentidos crea tendencias corporales de conducta, hábitos automáticos, emociones y cogniciones. Todos estos elementos se conectan con la experiencia corporal. Nuestra intervención consiste en acceder y procesar los recuerdos físicamente almacenados.
Gracias a los avances en la investigación neurocientífica cada vez comprendemos mejor cómo funciona el cerebro, cómo registra las experiencias vitales que tenemos, cómo procesa naturalmente la mayor parte de las experiencias y cómo hay algunas que no puede procesar y quedan “sin digerir”, sin integrar.

 

 “Deberíamos dedicarnos a desaprender gran parte de lo aprendido y aprender lo que no se nos ha enseñado“.

R.Laing

 Las emociones y sensaciones físicas son nuestros sensores. Atenuarlos nos anula nuestras referencias sobre lo que ocurre y como nos afecta sobre lo que necesitas y como conseguirlo. Vamos a ciegas, sin acceso a nuestra intuición y funcionando solo en base al manual de instrucciones del razonamiento lógico. Un razonamiento que está ademas muy distorsionado por las mismas creencias generadas en los contextos trauáticos que dieron lugar a la desconexión.”

Anabel González (“No soy yo”, 2017).