¿Qué se puede hacer ante un evento como el de Santiago en agosto del 2013?

La compañera psicóloga Isabel Aschauer López hizo el siguiente resumen:

CONECTAR: en caso de emergencias, la comunicación con los seres queridos es vital. Llama por él/ella a su familia. Antes de llamar averigua bien el lugar donde está (calle, número; planta; habitación) Averigua bien el número al que vas a llamar para evitar dar malas noticias a gente equivocada (las prisas generan errores).

ESCUCHAR: Permitir expresar el dolor, el llanto. No pretender que “No llores, sé fuerte. No te quejes, podría haber sido peor.”. Es muy dañino. Por lo menos los primeros días prestar el hombro y el oído al dolor, la ansiedad, la angustia, que son como el pus que tiene que salir.

CONTENER: estar disponible un tiempo razonable, para mirar a los ojos, escuchar, preguntar cosas que muestren nuestro interés, como “Ven y cuéntame”; “¿Y luego?”; ¿”Entonces?…”; “¡No me digas!”; “¿Así que lo que pasó fue…?”; y si el otro no quiere hablar, respeta su silencio, simplemente estando a su lado; sonriendo con amabilidad; compartiendo una bebida; tomándole de la mano; prestándole el teléfono si es necesario.

TOCAR, ABRIGAR: el contacto físico es muy saludable; un buen abrazo da muchísima seguridad. Todos sabemos la diferencia del contacto entre una pareja y un par de amigos. No debemos temer ser malentendidos. El respeto es evidente y genera seguridad. Una buena manta puede dar una sensación muy protectora.