SANANDO LA HERIDA Y RUPTURA MADRE/HIJA

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“¿Cómo sanar la herida y ruptura entre madre e hija? “Si tu madre nunca te ha consolado, con toda probabilidad te será difícil encontrar un verdadero consuelo para el corazón en las relaciones que establezcas con otras personas”. (1)

 

Te apegaras con ansiedad a los demás buscando una relación que sustituya lo que no pudo ser, lo que no tuviste en los primeros días y años con mama (“sin ti me muero”, “no puedo vivir sin ti”) o evitaras el acercamiento (“mejor estoy sola”, “yo puedo sola, no necesito a nadie, no quiero depender de nadie”), estando en control y con mucha dificultad para recibir.

Si mama estaba física pero no emocionalmente, ya fuera por depresión, por pérdida de hijos anteriormente, muerte del marido, traumas familiares propios o del sistema, emocionalmente crecerás carenciado de madre, con una pena y un vacio interno difícilmente llenable, que te llevara quizás hacia la depresión, hacia la tristeza, la actividad constante, ansiedad, o incluso síntomas físicos variados y adicciones. No es de extrañar que la base de las adicciones este en los primeros años de vida, como tantas dolencias.

No tener una madre nutridora, presente, afectiva, protectora, duele, deja una huella profunda en el cuerpo y el cerebro. Las críticas recibidas por mama en esa primera etapa calan muy profundo. En esa etapa se forma la base de las futuras relaciones en general, relaciones de pareja, autoestima, relación con uno mismo.

Es una etapa crucial y tan descuidada social y culturalmente. Esos tres primeros años, incluidas las primeras horas del parto y la etapa uterina definen y marcan mucho.

No hay culpables, hay ignorancia, una dictadura cortical (de la lógica y de la razón), una falta de respeto a lo femenino, a la nueva vida y a la madre, en cuyo cuerpo el ovulo recoge la semilla imprescindible del padre (aunque sea inseminación, es padre biológico, el impulso de vida), y de esa unión, surge el viaje de una nueva vida., que necesitará mucho en sus comienzos, muy dependiente.

“Todas nosotras llevamos encima el peso de nuestra madre por lo que es necesario sanar la ruptura madre/hija tanto si tu madre está viva como si no, para así poder sanar la profunda herida de tu naturaleza femenina. El elemento clave reside en que tú misma te conviertas en una buena madre para ti. Con esa idea en la mente, asume la tarea de ser maternal contigo misma”.

(1) Maurren Murdock, “Ser mujer. Un viaje heroico”.

 

Es difícil tener recuerdos de lo sucedido, en muchos casos falta información y es difícil de entender que ahí está la raíz del conflicto o del dolor del presente.

Será imprescindible ir creando un espacio interno de consuelo, de refugio y buscando también ayuda externa para crear unos cimientos sanos. Cuando eso no se hace, con el tiempo, el dolor, el vacio, la tristeza, el agujero interno se hace más intenso, más insoportable.

Al ir sanado esa herida habrá aquellos que te dirán que es una tontería, que con pastillas se va, te dirán muchas cosas, te querrán dar consejos, algunos se mostraran muy expertos en el tema, como si ellos mismos hubieran hecho el proceso, aunque están en la negación y en la ignorancia.

  

Quien te diga todo eso, renunció al amor, a ser amado, a compartir,                                                                                                        a sentir la grandeza de su ser y de todo lo que aporta la intimidad.

 

Sigue, te lleve el tiempo que te lleve, el esfuerzo que sea necesario, merece la pena, lo veo día tras día en consulta.

Que nadie te quite de adulto lo que ya se te quito de bebe.

 

enchanted-nature-swan para el corazón en las relaciones que establezcas con otras personas. Tu labor será crear ese sentido de consuelo para el corazón dentro de ti misma. Si tu madre nunca se ha compadecido de ti, con toda probabilidad tendrás poca paciencia con tus propios fallos humanos, así como con los de los demás. Tu labor será observar a alguien que practique la compasión, y practicarla tú misma. Si tu madre silenciaba tu creatividad, tu labor será dar voz a cada impulso creativo que se presente. Pinta, escribe poesía, toca el tambor, cuida las plantas, cocina y baila. Si tu madre despreciaba o rechazaba su propio cuerpo como mujer, tu labor es abrazar y honrar a tu cuerpo y a tu sexualidad. Si te sentías abandonada por tu madre por la razón que fuera, incluyendo la depresión, tu labor será escuchar a tus sentimientos y nunca abandonarte tú misma. Si tienes alguna cuestión sin resolver con tu madre y ésta ha muerto o ha quedado emocionalmente incapacitada, puedes escribirle una carta (que guardarás tú o te enviarás a ti misma) en la que expreses tu pena y tu enfado por no tener una madre nutridora, y dile que has llegado a aceptarla y comprenderla como tal y como era. Entonces podrás sentirte agradecida por su presencia en tu vida. Todas nosotras llevamos encima el peso de nuestra madre por lo que es necesario sanar la ruptura madre/hija tanto si tu madre está viva como si no, para así poder sanar la profunda herida de tu naturaleza femenina. El elemento clave reside en que tú misma te conviertas en una buena madre para ti. Con esa idea en la mente, asume la tarea de ser maternal contigo misma.” Maureen Murdock, “Ser Mujer: un viaje heroico”