Un caso de ansiedad

En los casos que voy redactando tengo el permiso del cliente para que cambiando los datos, poder contar sus historias.

Adolescente de 16 años, la llamaremos Lili. Lili llegó a consulta con ansiedad.

Los síntomas comenzaron con una sensación de presión en el pecho y debajo de las costillas que hacían que Lili se tuviera que parar un rato, a veces corto otras veces más largo, hasta que se pasase y entonces seguía con lo que estaba haciendo.

Al principio no se lo contó a nadie para no preocupar a su familia, al ir pasando los meses se fue asustando y se dio cuenta de que era importante, algo estaba pasando y no lo controlaba. Los padres la llevaron al médico, realizaron diferentes pruebas y todo esta perfecto, el médico sugirió que fuera a visitar a un psicólogo ya que era emocional, ansiedad.

Cuando Lili llegó recomendada a la consulta no entendía que le estaba pasando, estaba asustada y notaba las sensaciones corporales de la ansiedad a menudo,
Comenzamos con la terapia y surgieron las inseguridades por los cambios corporales de la pubertad, ciertos comentarios en el colegio, ciertas miradas, la relación con su madre, su madre y sus hermanos ante estos cambios. 

Comenzaron a llegar imágenes más antiguas de sentimientos de no ser vista, la ansiedad ante el cambio, lo nuevo, el miedo a crecer, a perder el mundo conocido con sus límites conocidos. Vamos desmontando todas esas imágenes y sensaciones que han formado creencias, ansiedad. Los síntomas van desapareciendo progresivamente y junto a ello Lili va notando cambios en la relación con sus compañeros, la sensación de tranquilidad dentro de ella, esa sonrisa que aparece espontáneamente a menudo y esa risa que ya no disimula y que como me decía, “ahora noto que el aire me llega dentro, como que tengo más espacio y entra más aire, profundo.”


Gran trabajo Lili y felicidades también a tus padres.